Con motivo del centenario del nacimiento de Lorenzo Milani, la Editorial Popular, de la mano de Jose Luis Corzo Toral, ha editado un libro con 100 cartas suyas al que pone por título «No hemos odiado a los pobres». La cita completa dice «No hemos odiado a los pobres, como la historia dirá de nosotros». La escribió en 1958, hace ya 65 años y la encontramos en uno de sus libros propios más emblemáticos: Experiencias Pastorales. Nos hacemos con mucho gusto eco de dicho libro del que transcribimos algunos fragmentos de su introducción con la intención de que el lector del blog acceda al libro y lo pueda saborear.

Estas 100 cartas muestras las entrañas del gran maestro Lorenzo Milani (1923-1967) para que sus lectores admiren varias de sus raíces vitales. ¿Es una indiscreción? En 1970 alumnos y amigos de Milani (fallecido sólo tres años antes) dudaron mucho entre publicar o no 127 de sus cartas personales. Tenían razón, pero les agradecemos mucho su decisión favorable. El mismo había escrito: » Con frecuencia me preguntan los amigos cómo hago para llevar la escuela (…) Insisten para que les escriba un método, que les precise los programas, las materias, la técnica didáctica. Equivocan la pregunta. No deberían preocuparse de cómo hay que hacer para dar escuela, sino sólo de cómo hay que ser para poder darla (…) Hay que tener las ideas claras respecto a los problemas sociales y políticos. No hay que ser interclasista, sino que es preciso tomar partido. Hay que arder del ansia de elevar al pobre a un nivel superior. No digo ya a un nivel igual al de la actual clase dirigente. Sino superior: más de hombre, más espiritual, más cristiano, más todo».
¿Nos animamos a leerle? En ningún caso se trata de imitarle, ni a él ni a nadie. Solo de aprender. Sus cartas no engañan. Pocas de estas 100 cartas las escribió para la galería. El resto son personales y casi seguro que se hubiera negado a publicarlas. (…)
Pero una vez el hecho consumado, queda mucho Milani por descubrir, a pesar de la riada de libros que, sobre todo en Italia, han querido descifrarle. Ni aún ahora se deja. Y lo importante no es curiosear en su vida- mirar su dedo- sino mirar a dónde apunta.
(…) Estas cartas del «cura incómodo», según la prensa, muestran lo pedagógico y lo didáctico, lo humano y lo familiar, lo personal e íntimo, lo clerical y sus conflictos… Ahora queda al talante de cada lector gustar más unos aspectos que otros. Lorenzo Milani es- como todos nosotros- una sola pieza, no dos o más.
Por lo demás, su laicidad familiar, su descaro verbal y su enorme libertad interior le impiden ser clerical, aunque habla con otros curas, y eso evita que lo religioso nos abrume. Máxime cuando estas cartas muestran aspectos nuevos muy sorprendentes y ajenos al estereotipo de los manuales pedagógicos: su punzante ironía, su buen humor y, sobre todo, su descubrimiento de los pobres, mayoría de la tierra, ¡un enigma para muchos de nosotros! y adonde su dedo apunta.»
Jose Luis Corzo, editor y traductor del libro.
