«MAS LIBROS Y MENOS PANTALLAS», OTRO LIBRO RECOMENDADO. Michel Demurget

El neurocientífico francés Michel Desmurget vuelve a la carga con un alegato a favor de la lectura como único remedio ante la «idiotización» generalizada: «Hay que conseguir que los niños quieran ser ‘readers’ y no ‘gamers»



Doctor en neurociencia y director de investigación en el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia. Es autor de una vasta obra científica y de divulgación y ha colaborado en reconocidos centros de investigación como el Massachusetts Institute of Technology o University of California, Berkeley.

«Un joven pasa hoy más de 2.400 horas al año delante de un móvil, una tablet o un ordenador en pleno desarrollo intelectual. Si sumamos todo el tiempo de ocio que los niños pasan entre los dos y los 18 años delante de una pantalla equivale a 30 años escolares, a más de 15 años de empleo a jornada laboral completa».

«Y todo esto sin contar el tiempo delante de las pantallas… en clase. Un uso multiplicado en los últimos tiempos con la implantación de la «modernísima escuela digital» que iba a revolucionar para siempre el sistema educativo en todo el mundo y al final ha acelerado la cretinización colectiva».

«Suecia anunció hace unos meses que paralizaba su plan para digitalizar las aulas y ha invertido más de 100 millones de euros para acelerar el regreso de los libros de texto. Y cada vez más países empiezan a cuestionar la idoneidad de introducir las nuevas tecnologías en la escuela. Con los dispositivos electrónicos ha pasado como con el tabaco o el cambio climático, se niega su daño por intereses comerciales y por la retórica de los grupos de presión, pero con el tiempo la realidad siempre te golpea».

«He recibido toneladas de mensajes de padres y madres aterrorizados preguntándome cómo curar a sus hijos. Lo que yo receto son libros y más libros. ¡Siempre en papel! «Que se sumerjan en ellos y que dibujen, subrayen y doblen sus páginas». La lectura mejora la atención, ayuda a regular las emociones, reduce la hiperactividad y la impulsividad, reafirma las normas sociales comunes, potencia la empatía, la creatividad y la interacción y es un «fecundo instrumento para el aprendizaje» que las pantallas están aniquilando.

«Si un sólo estudio demostrara algún efecto positivo de las pantallas, perfecto, habría que publicarlo en todas partes. Pero no es el caso. Todas las investigaciones científicas coinciden».

[Mientras tanto en una una galaxia muy, muy lejana un grupo de «expertos» patrocinados por tecnológicas nos explican cómo «pantallizar» a los niños.
¿En qué tómbola expiden esos títulos de licenciado en expertología y hasta qué punto podrían incluirse como cómplices en las demandas que se están interponiendo en muchos países contra las empresas que promueven los graves problemas de salud mental en los niños?]

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