Simulador de viaje migratorio para el alumnado de 10-12 años
Os presentamos un proyecto educativo elaborado para que lo chicos y chicas con los que los hagáis se puedan hacer una idea de lo que significa emigrar. Aunque es muy posible que esa experiencia la tengan muchos de vuestros alumnos en su propia piel. Eso hará que el trabajo se enriquezca aún más y permitirá a los que tienen esa vivencia que también la puedan reflexionar y asimilar, porque la mayor parte de las veces simplemente está ahí y no han podido hablar de ella con nadie. Y mucho menos convertirla en parte de su bagaje intelectual y moral . El trabajo está presentado por su propia autora y recogido en la web de SM Conectados.
No hay duda. Son inmigrantes. Pero no subsaharianos, marroquíes o latinoamericanos, sino españoles. Así era la imagen que tenían en el centro de Europa en los años setenta. Y que recoge el escritor británico John Berger en su libro “El séptimo hombre”.[1]
[1] Extracto de EL PAÍS, 5 de noviembre de 2007. Redacción del periodista Juanjo Robledo en el artículo “La imagen de los inmigrantes”.
Hace tiempo leía esta cita, la cual me hizo recordar, no solo el pasado migrante de nuestro país (al parecer ahora olvidado por muchos de nosotros), sino también mi pasado emigrante.
Desde hace años, el tema de las migraciones es un tema que me ha tocado vivir muy de cerca, no solo nivel personal sino laboral. Bembibre se haya enclavado en zona históricamente minera, y desde siempre ha sabido lo que es la recepción de ingentes cantidades de inmigrantes. Así mismo, ha sido un buen modelo de convivencia multicultural, donde se han desarrollado de forma natural todas las estrategias que han sido necesarias para una convivencia armoniosa, tolerante y respetuosa.
No obstante, y a pesar de que en los centros educativos existen y se manejan unos planes de acogida, y todo un despliegue de valores y derechos humanos que se desarrollan en las aulas de forma infusiva al currículo, desde hace tiempo venía observando actitudes de pasividad e incomprensión del alumnado local hacia el alumnado inmigrante que llega. Era como si el concepto de “inmigrante” o “extranjero” se utilizase de una forma demasiado superficial como para percibir las implicaciones profundas que ellos tenían. Quizás se había llegado a normalizar tanto este fenómeno, que ya estaba pasando desapercibido.
Del mismo modo, con frecuencia el alumnado se cuestiona sobre la utilidad de los conocimientos adquiridos en las aulas, esos que la administración dicta y que actualmente traduce en competencias necesarias para la vida.
Si a esto le añadimos la desinformación por falta de interés del alumnado hacia los hechos sociales que se desarrollan en nuestro planeta, y la situación económica y laboral que vive nuestro país… en mi mente saltaron las alarmas…
¿Somos conscientes los educadores de que quizás no estamos haciendo lo suficiente en los centros educativos para acoger al alumnado inmigrante como se merece y como necesita? ¿De que el alumnado local desconoce la importancia de los procesos vitales que viven estos compañeros? ¿Somos, como padres, conscientes de que posiblemente en un futuro no muy lejano, nuestros niños y jóvenes deberán emigrar en busca de un futuro mejor al que les espera en este país ahogado por la crisis? ¿De que quizás tengan más oportunidades en el extranjero? ¿Cómo vivirán ese momento, si llega? ¿Contarán con un repertorio adecuado de conocimientos, -y más importante aún- de competencias, para que esa migración tenga éxito y resulte lo más sana y normalizada posible? ¿Serán capaces de tomar las decisiones acertadas, sopesando pros y contras, y programar la migración? ¿Cuentan con conocimientos y habilidades para que el movimiento migratorio se realice de forma eficaz y eficiente, optimizando los recursos humanos y tecnológicos de la sociedad en la que viven? ¿Están lo suficientemente abiertas sus mentes como para insertarse en una nueva cultura, asumiendo sus costumbres de un modo positivo, tolerante y respetuoso? ¿Qué pueden aprender de la experiencia de sus compañeros inmigrantes? ¿Podemos los maestros utilizar un tema tan actual como el de migraciones para facilitar que emerja una mentalidad “planetaria” y un currículo “interdisciplinar”? ¿Podíamos desarrollar las competencias del alumnado a partir de un hilo conductor, que nos permitiera conocer un hecho actual como la migración utilizando el currículo que dicta la administración? ¿Y si además incluyésemos el uso de las TICS y los principios de la Gamificación para elevar los niveles motivacionales del alumnado?
De toda esta amalgama de ideas y necesidades, surge mi proyecto “PREPARA TU MALETA: AHORA EMIGRAS TÚ”, recientemente galardonado con el Premio Internacional de la Fundación Paz y Cooperación, que en la edición de este año 2015 lleva por título “Tecnología para la Paz: el gran reto”. El proyecto “EL SUEÑO DE MALALA: MICRO-RELATOS Y PALETAS DE IIMM PARA GRANDES VALORES (2015 Ed. TintaMala, Amazon)” ha sido otro de los proyectos reconocidos en esta convocatoria, que cuenta ya con una antigüedad de 30 años.
Se trata de un proyecto interdisciplinar que está dirigido al alumnado de entre 10 y 12 años (5º y 6º de primaria) y trata de simular una emigración, con la utilización de los contenidos de estos cursos, el uso de las TICS en el aula, el Trabajo Cooperativo, las Inteligencias Múltiples y la Gamificación.
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El proyecto se inicia con la agrupación del alumnado de 4 en 4, y el planteamiento de una situación ficticia de crisis en una familia. A partir de ahí, se arranca trabajando distintos aspectos del currículo de las áreas de lengua, matemáticas, ciencias sociales y naturales e idiomas. Cada una de las “familias” (grupos cooperativos) inicia la simulación con la valoración de los conocimientos previos sobre el tema, la toma de decisiones respecto a la solución del problema (búsqueda de información y debate), el manejo de lenguas extranjeras (recepción del contrato en lengua del país de acogida y audio mediante QR, del que deben obtener informaciones sobre el destino, domicilio, trabajo a desarrollar, sede, sueldo, vacaciones, etc.), la decisión del medio de transporte a partir de textos narrativos que han de analizar y organizar (precios, distancias, gastos, descansos, etc.), la investigación de las características sociodemográficas y naturales del país de destino, cálculo de distancias con manejo de mapas y escalas en papel y con Google Earth, la expedición de documentos (DNI y pasaporte), aspectos a tener en cuenta en la preparación del equipaje y el embarque (análisis y comprensión de textos narrativos con datos numéricos y legales), la comunicación a la familia (el teatro mediante role-playing sobre el manejo emocional), el análisis de casos reales (entrevista), y el manejo emocional de los protagonistas del proceso.
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Cada una de estas actividades es evaluada de forma inmediata a su ejecución mediante una rúbrica basada en recompensas económicas en función del rendimiento en las mismas, que cada familia debe controlar en una cuenta bancaria en la que registra “gastos” e “ingresos”. El alumnado desarrollada la conciencia de grupo en busca de un objetivo común: ganar la máxima cantidad de dinero para la actividad final del Migrapoly. Este es realmente el simulador del viaje, que engloba gran parte de la competencia matemática, por medio de una baraja de tarjetas con actividades del currículo pero aplicadas al proceso de emigrar. Por ejemplo:
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“Esta mañana cuando iniciamos el viaje, el termómetro del coche marcaba 8 grados bajo cero. A mediodía marcaba 7 grados. Calcula cuántos grados ha subido”.
No solamente se trabajan contenidos curriculares sino que durante todo el proyecto ha estado presente la inteligencia emocional y la educación en valores: el juego final contiene una casilla donde es posible “perder el monedero”. Si esto ocurre, el maestro ha de instar a la ayuda y la solidaridad con la familia afectada, de modo que se desarrolle la sensibilidad y los valores básicos para la convivencia humana.
La valoración ha sido altamente positiva: se han alcanzado todos los objetivos planteados, el alumnado ha manifestado altos niveles motivacionales (evidenciados a los largo de todas las actividades) gracias al manejo de las TICS, el trabajo cooperativo y la gamificación. El hecho de haber simulado durante todo el proyecto la pertenencia a una familia en crisis que debía plantearse emigrar, resultó ser un factor muy motivante y realista, cercano al entorno sociocultural de la zona minera en la que se enclava el centro. Han mostrado actitudes de colaboración y cooperación, así como la empatía hacia los migrantes y toda la problemática que rodea al hecho de migrar.
Agradezco profundamente al Equipo Directivo del centro la confianza depositada en mí para desarrollar el proyecto, así como la colaboración y aceptación de los tutores que han participado.
Ojalá, que si en un futuro no muy lejano estos escolares deben emigrar, puedan recordar con cariño y afecto algunas de las actividades que desarrollamos en este curso, además de finalizar “su viaje” con normalidad y de la forma más saludable posible.
A día de hoy siguen demandando la repetición del proyecto, por lo que los tutores de 6º de este año, ya lo han reservado…