Cerramos momentáneamente la serie de entradas que constituyen los apuntes que hemos destacados del libro Apréndetelo. La ciencia del aprendizaje exitoso (Peter C. Brown, Henry L. Roedinger y Mark A. McDaniel), tratando describir de forma sencilla el proceso de aprendizaje tal y cómo se nos presenta en este manual. La entrada contiene sugerencias prácticas basadas en muchas evidencias científicas que nos pueden ayudar a estudiar a nosotros pero también a orientar la forma en la que presentamos los aprendizajes y la forma en la que parece que es más eficaz que estos aprendizajes se consoliden y consigan su objetivo: resolver los problemas a los que nos vamos enfrentando tanto en la vida como en nuestra profesión en los muy variados y diversos contextos y situaciones que se nos presentan.
Estoy seguro de que muchas de las cosas aquí aportadas no desmontan todo lo que hacemos sino que lo potencian y le dan una base más sólida. Pero es posible que sigamos instalados en «intuiciones» o prejuicios que dicta una experiencia limitada o repetida sin una reflexión suficiente. En ese caso, espero que las aportaciones valgan para al menos reflexionar sobre nuestras prácticas como estudiantes y como docentes. (manuelaraus)

¿CÓMO SE PRODUCE EL APRENDIZAJE?
Vamos a describir brevemente la síntesis de lo que este libro desarrolla en cuánto a cómo se da el aprendizaje. Ofrecemos, más que nada, una lista de procesos conceptualizados y ordenados que tienen un desarrollo dentro del libro que estamos desentrañando con múltiples ejemplos y experiencias.
- CODIFICACIÓN
Denominamos codificación al proceso y huellas de la memoria de las nuevas representaciones que se producen dentro del cerebro. Es una especie de bosquejo realizado en la memoria a corto plazo que se parece a esos apuntes que hacemos a vuelapluma cuándo tratamos de retener lo que se nos dice.
Este primer bosquejo de los nuevos aprendizajes es frágil y poco duradero.
2. CONSOLIDACIÓN
Hay que fortalecer esas representaciones mentales y conectarlas con otras. El cerebro tiene que reorganizarse y estabilizar esas huellas de la memoria.
Implica un procesamiento profundo de los nuevos elementos, durante el cual los científicos creen que el cerebro REPITE o PRACTICA el aprendizaje, le da SIGNIFICADO, rellena los vacíos y establece CONEXIONES con experiencias anteriores y con otros conocimientos ya almacenados en la memoria a largo plazo.
Decimos que un conocimiento de consolida cuando se incorpora a los MODELOS MENTALES que hemos ido generando. Los modelos mentales son formas de destrezas muy eficientes y profundamente afianzadas. Son estructuras de conocimiento a modo de heurísticos (fórmulas empleadas siguiendo un orden, una categorización, una clasificación, una secuencia, que te permite la resolución de distintos tipos de problemas).
Este proceso puede durar mucho tiempo y el sueño parece ayudar en la consolidación de la memoria.
3. LA RECUPERACIÓN
Recordamos las condiciones de la práctica de la recuperación que no conviene en ningún momento perder de vista:
- La práctica masiva no es eficaz a largo plazo y sólo proporciona un engañoso dominio del conocimiento (familiaridad), frágil y poco duradero. Llamamos práctica masiva a repetir de forma intensiva y secuencial el acceso al conocimiento nuevo (releer, practicar muchos ejercicios que requieren el mismo patrón para solucionar un problema…)
- Es importante y muy eficaz la práctica espaciada en el tiempo. Esto es, volver a tomar contacto con el conocimiento que aprendimos después de que haya pasado un tiempo, incluso después de que éste empiece a desvanecerse.
- También es más eficaz la práctica variada, es decir, que sobre la base de una serie de conceptos no tengamos que utilizar los mismos algoritmos. Se trata de una práctica de no repetición de los mismos patrones, no homogénea, sino variada, con patrones distintos
- También resulta tremendamente efectivo que no sea una práctica única sino mezclada e intercalada con otras. Si las otras prácticas no pertenecen al mismo campo conceptual, pero si puedan estar relacionados con él, mejor que mejor. Así aprendemos en la vida misma. No tenemos que utilizar los conocimientos organizados en bloques homogéneos ni pasar de unos a otros siguiendo una secuencia lineal con cierta lógica, … los utilizamos adaptándonos a los diferentes problemas que van surgiendo en los diferentes contextos que van apareciendo: Abro una puerta con tres cerraduras, me cambio de ropa al entrar a casa, me pongo a hacer la comida, se me estropea un aparato o tengo que salir a comprar algo que me falta,… Todas y cada una de esas situaciones me sitúan ante “problemas “ que requieren información y conocimientos diversos que tengo que ir aplicando alternativamente y con fluidez.
Este intercalado de prácticas (en momentos diferentes, con prácticas variadas, en contextos diferentes) está colaborando al aprendizaje de muchas formas:
- Ampliando el dominio de las destrezas, ya que acabamos interconectando redes de conocimientos que proceden de distintos campos conceptuales.
- Fomentando el aprendizaje conceptual que se adquiere precisamente cuando vamos asignando distintos significados y categorías definitorias a entes o seres que inicialmente se nos aparecen indeterminados (no es lo mismo máquina que coche o coche que furgoneta con tener todos estos conceptos muchas relaciones entre sí). Se viene confirmando en los estudios que la sensibilidad para captar similitudes y diferencias en la práctica intercalada lleva a una codificación de las representaciones más compleja y con más matices
- Mejorando la versatilidad y, por lo tanto, la transferencia del aprendizaje de un contexto familiar a un contexto nuevo
- Debemos aceptar las dificultades y los errores como parte sustancial del proceso de aprendizaje. El término “dificultades deseables” fue acuñado por los psicólogos Elizabeth y Robert Bjork para referirse a “impedimentos” u obstáculos que hacen más sólidos los aprendizajes a corto plazo. Algunas dificultades que exigen más esfuerzo y que aparentemente ralentizan los beneficios son precisamente las que más nos ayudan a aprender. Hablamos, repetimos nuevamente, de las prácticas espaciadas, intercaladas, mezcladas y variadas. Pero hay también “dificultades indeseables”. Si la dificultad de la que hablamos no está al alcance del esfuerzo y supone un sobreesfuerzo de energía que no se traduce en mejores y más profundas destrezas, evidentemente es “no deseable”

Ofrecemos también aquí algunas prácticas de recuperación que han resultado ser muy útiles:
- Tratar de resolver un problema con tus propios recursos. Hacer tu el esfuerzo inicial antes de mostrarte algún camino de solución para que sirva de modelo en la resolución de problemas semejantes. Intentar responder una pregunta o un problema en vez de recibir las respuestas se conoce técnicamente como GENERACIÓN.
- Producir interferencias deseables. Hay cierto tipo de “distractores” aparentes de la atención que sin embargo ayudan mucho a focalizar nuestra atención de cara a un primer contacto con un “texto” o aprendizaje. P.e. Ofrecer resúmenes de un texto ni siguiendo el flujo preciso del texto. Leer un texto que tiene algunos huecos o con la letra poco clara, algo desenfocada. Se trata de disonancias controladas que no pueden impedir u ocultar completamente el texto o el significado.
- Examinar (o autoexaminar) con preguntas abiertas que exijan cierta argumentación o razonamiento, en vez de preguntas cerradas, o de opciones dadas.
- Reflexionar sobre lo hecho, lo respondido, lo ejecutado, … detectando dónde están los errores y dónde se podría mejorar lo que está haciéndose. La reflexión involucra siempre a casi todas las actividades cognitivas de las que estamos hablando: Recuperación (traer a la memoria un conocimiento aprendido recientemente), elaboración (conexión del conocimiento nuevo con otros anteriores que ya están bien anclados) y generación (al escribir, tras la reflexión, las ideas clave, pero ya incorporadas a tu “vocabulario”)
- Reescribir o exponer con tus propias palabras lo que se ha explicado, dicho, expuesto a partir de una pregunta contestada o de una charla. Redefinir con tus propios medios el vocabulario o los conceptos que se han presentado. Hay una técnica que se ha elaborado y ensayado mucho y que está en esta línea que recibe el nombre de “escribir para aprender”. Después de la presentación de un concepto clave enseñado se pide a la clase que haga su propia redacción de las ideas principales y que pongan sus propios ejemplos.
La facilidad para recuperar los conocimientos de tus “archivos internos” suele estar determinada por:
- El contexto
- El uso reciente
- El número y la intensidad de pistas con las que hayas vinculado el conocimiento. Pistas a las que puedes recurrir para que te ayuden a usarlo. Una pista es como una especie de “llave” que te permite entrar en esa caja llena de recuerdos, pero abandonada que tienes en el “desván” de tu cerebro.
Además de lo dicho queremos añadir que, de cara a la recuperación, conviene tener en cuenta algunas evidencias científicas:
- Hay un olvido que es necesario. A veces, el problema surge porque las pistas que te ayudan con algunas recuperaciones pueden entrar en colisión con las que necesitas para los nuevos conocimientos. Por ejemplo, si quieres eres muy buen conductor en España, pero tienes que aprender a conducir en Inglaterra dónde se circula por la dirección contraria. O si manejas la interface y el sistema operativo de un Windows y te pasas a un Mac. La conclusión es que, paradójicamente, hay OLVIDOS necesarios para que puedan acogerse nuevos aprendizajes.
- Conviene recuperar el contexto. Sin embargo, cuando se aprenden cosas nuevas, por muchos “olvidos” que haya tenido que haber, no se pierden de la memoria a largo plazo la mayor parte de las cosas que has aprendido bien en la vida. Lo que se pierde son “las pistas” por las que accedías, al estar en desuso. A todos nos ha pasado que algo que creíamos completamente olvidado, de nuestra historia de la infancia o de la juventud, en el contexto y con alguna pista que desbroce el camino (p.e. tratando de reconstruir a partir de algo que si recuerdas), reaparecen informaciones que creías completamente olvidadas.
- Más fácil no es mejor. Cuanto más fácil es recuperar un conocimiento o una destreza, menos nos ayudará en la práctica de la recuperación para que lo retengas. A la inversa, cuanto más esfuerzo hagas para recuperar un conocimiento o destreza, más lo afianzará la práctica de la recuperación.
- El esfuerzo ayuda y mucho en la reconsolidación de la memoria. Ya lo hemos dicho, el recuerdo esforzado, enfocado, hace que lo aprendido se vuelva además de más firme y más maleable. Mas firme, porque la recuperación permite destacar aquellos aspectos más relevantes y significativos del conocimiento que hemos aprendido, refuerzan su sentido y significado, fortalece las conexiones con los conocimientos previos, reafirma las rutas de recuperación para recordarlo y debilita las rutas rivales. Y más maleable, porque a su vez, permite la incorporación y actualización de nuevos conocimientos.

4. RECONSOLIDACIÓN
La RECUPERACIÓN tras cierto tiempo de ese nuevo aprendizaje (recuperar un recuerdo del almacenamiento a largo plazo) puede fortalecer ese aprendizaje. Pero la RECUPERACIÓN, además de fortalecer las huellas de la memoria, las hace al mismo tiempo modificables, activándolas, para conectarlos con aprendizajes más recientes. Esto es a lo que llamamos reconsolidación.
Decimos que un conocimiento está fuertemente arraigado en nosotros cuando cumple tres condiciones:
- Se ha comprendido firme y extensamente
- Tiene una importancia práctica y un peso emocional en tu vida.
- Está muy bien conectado con otros conocimientos que tienes en la memoria.
Para conseguir un aprendizaje robusto, duradero, profundo se requiere hacer dos cosas:
- Debemos anclarlo en la memoria a corto plazo de manera segura y asociarlo con aprendizajes y experiencias previas que conviene recordar- evocar- recuperar antes. Fase primera del aprendizaje o aprendizaje inicial
- Debemos asociar el material que queremos aprender con algunas “pistas” que nos ayuden y dispongan a recuperar el material con ciertas destrezas. Disponer de pistas de recuperación efectivas es un aspecto del aprendizaje que a menudo se ignora.
Cuanto más aprendemos, más posibles conexiones tenemos para un aprendizaje posterior. Nuestra capacidad de recuperación, no obstante, está muy fuertemente limitada. La mayor parte de lo que aprendemos no es accesible en cualquier momento.
Cuando dejas que el recuerdo de un aprendizaje se desvanezca un poco, por ejemplo, espaciando o intercalando la práctica con otras prácticas, su recuperación se vuelve más difícil, tu actuación resulta menos eficaz e incluso decepcionante, pero tu aprendizaje sin embargo se vuelve más profundo y lo recuperarás con más facilidad en el futuro.

5. EN CONCLUSIÓN
Aprender es un proceso con al menos tres pasos:
- La codificación inicial de la información en la memoria a corto plazo, que es limitada y muy frágil.
- La consolidación, es la representación cohesionada de esa nueva información, conocimiento o destreza en la memoria largo plazo. La consolidación organiza y estabiliza las huellas de la memoria, las dota de significado y establece conexiones con experiencias pasadas y con otros conocimientos que ya se encuentran en la memoria a largo plazo. Esto implica que se generen modelos mentales abiertos que van haciéndose cada vez más complejos. A este proceso también le hemos llamado proceso de elaboración.
- La recuperación, que pone al día el aprendizaje y posibilita que este pueda aplicarse cuando se necesite. En la recuperación se produce un proceso de reconsolidación que es maleable, es decir, que posibilita no sólo la recuperación sino la actualización de los conocimientos y la transformación de los modelos mentales.
Debido a la vasta capacidad de la memoria a largo plazo, resulta clave disponer de la capacidad de localización y recuperación de lo que se sabe cuando se necesita. Esta facilidad depende del uso repetido o frecuente de la información y del establecimiento de pistas de recuperación.
La posibilidad de crear aprendizajes robustos se consigue mediante la recuperación periódica, pero ésta es mucho más eficaz cuando intercalamos la recuperación de nuevos conocimientos con el aprendizaje de otros nuevos relacionados con ellos y cuando también cuando alternamos prácticas que abarcan campos de conocimiento distintos. Evocar- intercalar- variar- aplicar los conocimientos constituyen la base de un buen aprendizaje.
Autor: Manuelaraus
