Desde hace muchos años se viene analizando el proceso de «privatización» de todo el sistema educativo. No hablamos de los «centros privados» sino de la «privatización»: apropiación en manos de empresas de todo tipo, especialmente las financieras y tecnológicas, del proceso educativo formal, no formal e informal al servicio, lógicamente, de sus intereses. Algo muy distinto a lo que debería ser un proceso de «socialización», que implica devolver a la sociedad (no al Estado, ¡ojo!) su responsabilidad.
Algunos ejemplos de empresas que trabajan, con mucho prestigio, en el campo educativo:
- Fundación Empieza por Educar (del Banco Santander) y Fundación Telefónica lanzan el proyecto Entre Profes, un entorno formativo online dirigido a docentes que trabajan en entornos complejos.
- EduCaixa es una plataforma educativa que incorpora recursos que explican los conceptos básicos de la economía y las finanzas.
- CINAIC es el Congreso Internacional sobre Aprendizaje, Innovación y Competitividad. Más que un congreso es una plataforma para divulgar innovación educativa y mejorarla.
- AulaPlaneta es una plataforma de la editorial Planeta con recursos por cursos, materias y temas
- Fundación Promete quiere promover un mayor y mejor desarrollo del talento de todas las personas, mediante el diseño y realización de proyectos de innovación educativa y social,
- Escuelas Creativas un proyecto de Fundación Telefónica en el que se “traslada”, a centros educativos y aulas, la metodología de creatividad e innovación del famoso cocinero Ferran Adrià.
- La Fundación Amancio Ortega convoca, a través de su Programa de Formación para Profesores, 50 plazas para la realización de un año académico en Canadá. El Programa ofrece formación en técnicas y habilidades de uso transversal en la docencia, y prácticas educativas en centros públicos canadienses.
- Segunda edición del concurso internacional de enseñanza Global Teacher Prize de la Fundación Varkey, considerado el “Nobel de la Enseñanza”.
- AltSchool, con el respaldo de inversores como Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, l pretende revolucionar la enseñanza y crear un sistema de aprendizaje personalizado que pueda usarse en cada escuela del mundo.
- Escola Nova 21: EduCaixa, juntamente con el Centre UNESCO de Catalunya, la Fundació Jaume Bofill y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), impulsa el proyecto Escola Nova 21, una alianza de entidades y escuelas con el objetivo de propiciar acciones de cambio educativo.
- La CEOE reclama que el empresariado tenga más protagonismo en la gobernanza ejecutiva de la formación, hasta el punto de que pueda participar en la definición de los currículos de grado y posgrado.
- Design for Change hace su aparición en España en 2011, con la ilusión de contribuir a transformar la realidad educativa de nuestro país. Innovación, emprendimiento social, valores e inteligencias múltiples.
- Y podríamos seguir completando nosotros la lista con otras conocidas…
Cuando intentamos ver en qué consisten estas y otras ofertas de formación, de materiales y de propuestas de innovación, nos encontramos con algo insólito: todos proponen lo mismo. ¿No es mucha casualidad que estén tan de acuerdo la OCDE, los bancos, los empresarios, los movimientos pedagógicos a favor de la innovación educativa, las escuelas religiosas y las públicas, las plataformas y fundaciones?
Estas coincidencias se pueden resumir en cinco : 1) El gran fracaso de la educación actual y la falta de preparación del profesorado. 2) La necesidad de cambiar radicalmente las metodologías y pasar a “educar por competencias y por proyectos”. 3) La utilización de las TIC y los medios digitales como herramientas fundamentales. 4) La educación “centrada en el alumno” y la necesidad de adaptar la educación a las “necesidades de la sociedad del siglo 21”. 5) El fomento del “espíritu emprendedor”.
Todo ello, además, no se ha discutido en ningún foro; ha aparecido como una “obligación voluntaria” del profesorado que se ve abocado a poner en cuestión todo lo que estaba haciendo y adherirse entusiasta al diseño que otros han formulado. El profesorado debe aprender de nuevo a enseñar, en sus horas libres y pagando la formación de su bolsillo. Tiene que dedicar horas fuera de su horario para planificar, buscar material y organizar las clases a partir de las nuevas órdenes. [«Es necesario sacar al docente de su zona de confort y ayudarlo a que aprenda a utilizar herramientas tecnológicas…” (Instituto de Innovación en Negocios Educativos); «El problema lo tenemos dentro de la cabeza. No hacen falta más recursos. Hay que aprender a trabajar en equipo, tanto los alumnos como los profesores” (Escola Nova 21)].
Todo esto nos suena. No podemos negar que hay verdad en muchas de estas necesidades. El problema, como siempre, es de pensar con cabeza propia. Algo que no puede hacerse si los educadores no asumimos el protagonismo en nuestra formación. En ellos estamos.