
A nuestros alumnos puede pasarles algo parecido, y para evitarlo podemos ayudarles si les enseñamos 8 sencillos consejos:
- Enséñales a visualizar o imaginar qué es lo que están leyendo. Si es una historia, tienen que imaginar a los personajes, el paisaje. Convertir las palabras en imágenes es una manera muy efectiva de disfrutar y de profundizar en la lectura.
- Leer en voz alta. El refuerzo de la palabra hablada es de gran ayuda para lograr la concentración necesaria para comprender lo que se está leyendo.
- Aislarse del mundo. Enseña a tus alumnos a buscar un lugar adecuado y a aislarse del mundo cuando estén leyendo. Sencillamente, trata de lograr que durante el tiempo de lectura no presten atención a lo que pueda pasar a su alrededor.
- Seguir la lectura con el dedo, o con un marcador, o con algún objeto que les permita indicar las palabras que está leyendo. Este refuerzo les ayudará a introducirse más en la lectura y a prestar más atención a los contenidos que está le está trasladando.
- Enséñales a reflexionar sobre lo que están leyendo y las repercusiones que tiene para su vida.
- Enséñales también a tomar notas, con sus propias palabras, en el margen de los libros, en tarjetas, etc.
- Ayúdales a encontrar motivación por la lectura. La motivación puede ser sencillamente porque es un medio para pasarlo bien, pero también puede ser porque les ayuda a aprender, a ser más críticos…
- Enséñales también a leer en períodos que les permitan concentrarse y a descansar, teniendo esos tiempos de descanso que les permitan refrescarse y volver a focalizarse con éxito cuando vuelvan a la lectura.